Teletrabajo: ¿una revolución no solo laboral?

Mujer teletrabajando en la misma mesa con dos niños estudiando

Juan Vives
Graduado en Periodismo por la UDIMA.

Laboral

María es una joven madre trabajadora. Una abogada que en los últimos meses ha cambiado la oficina por el teletrabajo. Desde entonces su vida ha dado un giro radical. Se acabaron los madrugones para llevar a su hija al colegio y llegar a tiempo a trabajar. Los terribles atascos de los lunes, pasaron a ser historia. Empezar la semana con alto nivel de estrés, también. Para María, ahora todo es distinto. El teletrabajo ha irrumpido en su vida de una manera inesperada. Y, al igual que María, muchas personas y sus familias han descubierto las ventajas del teletrabajo.

Trabajar desde casa parecía algo impensable hace poco más de un año. Pero ahora, sin embargo, parece difícil hacerse a la idea de vivir sin teletrabajo y volver de nuevo a la oficina como si nada hubiera pasado. En general, quienes lo han probado afirman que se trabaja mejor y con mayor calidad. Y las empresas lo saben.

Pero ha sido una emergencia sanitaria, en el fondo, un accidente, lo que ha provocado que el teletrabajo haya puesto patas arriba el mundo laboral de nuestro país. De una opción minoritaria hasta hace poco más de un año, esta forma de trabajo a distancia se ha extendido de manera generalizada entre muchos de los que hasta ahora pasaban sus horas laborales en las oficinas. Hace tan solo dos años, nada hacía pensar en el desarrollo inminente del teletrabajo. Baste recordar que una de las medidas estrella que se estableció a principios de 2019, fue la obligación de las empresas de implantar sistemas de registro de jornada en un mundo laboral dominado por la presencialidad.

Las empresas, factor clave en la expansión del teletrabajo

Según datos del INE, antes de la pandemia, el número de personas que trabajaban desde casa en España era del 7,5 % del total de los trabajadores, mientras que en la Eurozona este porcentaje ascendía al 14 %. Es decir, nuestros vecinos europeos ya nos doblaban entonces en esta forma de trabajar. Pero actualmente, las cifras se han duplicado y alcanzan, en nuestro país, los 2 millones de personas.

En cuanto a las empresas, antes del estado de alarma, el porcentaje de establecimientos que utilizaba el teletrabajo era tan solo del 16 %, mientras que a finales de 2020 este porcentaje se duplicó para situarse en el 31,3 % y llegó a su cota más elevada durante el primer estado de alarma cuando, según el INE, el dato llegó al 51,4 %. Según esta misma fuente, pasado lo más duro de la COVID-19, los establecimientos que utilizarán el teletrabajo en el primer semestre de 2021, superarán el 45 % a nivel nacional y alcanzarán al 35 % de las plantillas. La implantación de esta modalidad crece en proporción directa del tamaño de la empresa.

Este cambio, ha sido una sorpresa positiva. Ha demostrado la enorme capacidad del tejido empresarial y especialmente de las grandes empresas, para actuar con la decisión y rapidez que pedía la grave circunstancia y en cuestión de días e incluso, en algunos casos, de horas, han demostrado ser capaces de vaciar las oficinas y poner a funcionar a toda marcha el teletrabajo. Como casi siempre, la realidad se ha anticipado a la regulación.

Una regulación acordada

Ha sido precisamente el rápido auge del teletrabajo y su eficacia en la protección de las personas ante la amenaza de la COVID-19, lo que impulsó la necesidad de regular esta forma de trabajo mediante una acción concertada entre el Gobierno y las organizaciones empresariales y sindicales, que culminó con la publicación del Real Decreto-Ley 28/2020, de 22 de septiembre, de trabajo a distancia, actualmente en vigor y que mereció la convalidación en el Congreso, con tan solo un voto en contra, encontrándose ahora en la fase de tramitación como proyecto de ley.

"Según los expertos, en un futuro pospandemia, el teletrabajo se consolidará como forma de trabajar y se impondrán los sistemas mixtos que combinarán lo telemático con lo presencial"

La revolución que viene

El teletrabajo va camino de convertirse en una auténtica revolución para el mercado laboral. Ha supuesto un vuelco radical para personas y familias a las que está cambiando profundamente sus hábitos de vida. Ha caído en picado el número de desplazamientos, ha bajado el consumo de combustible, ha afectado a los clásicos desayunos, a las comidas, al uso cotidiano del vending, han disminuido los viajes de trabajo, las reuniones son telemáticas, las relaciones personales son distintas… En definitiva, el teletrabajo ha transformado la vida y costumbres de muchos de los que, como María, hasta hace solo un año trabajaban en oficinas convencionales y nunca llegaron a imaginar lo que estaba a punto de llegar.

Y todo ello se ha traducido en importantes ahorros para las personas y en la necesidad de introducir cambios en las empresas en la manera de gestionar sus equipos humanos.

Para otros agentes, el balance es dispar. Las ganancias para empresas como las tecnológicas y de telefonía móvil, entre otras, contrastan con la preocupación de sectores tan importantes como la restauración y la hostelería o el gremio del taxi, por mencionar algunos.

En lo personal y familiar, han mejorado las posibilidades de conciliación y muchos están sopesando la viabilidad de trabajar desde otros entornos, como los rurales e incluso los hay que han tomado ya la decisión de salir de las grandes ciudades para instalarse en otras zonas más saludables desde el punto de vista ambiental y, sobre todo, más baratas para vivir.

La transformación ha trascendido el ámbito familiar. Como ejemplo, en las últimas semanas, un hotel canario ha sido noticia por alojar teletrabajadores de distintas procedencias. La Cadena SER Las Palmas, se hacía eco de la información bajo el siguiente titular: “Un hotel canario ocupa todas sus habitaciones con nómadas digitales”.

Según los expertos, en un futuro pospandemia, el teletrabajo se consolidará como forma de trabajar y se impondrán los sistemas mixtos que combinarán lo telemático con lo presencial.

Y es que la revolución del teletrabajo va más allá de lo laboral y no ha hecho más que empezar.