¿Qué tiene previsto Hacienda para el 2021?

Hombre pensando delante de una pared

Philipp Potapov
Miembro del Departamento de Derecho Financiero y Tributario de Cuatrecasas.

Montserrat Albaladejo
Miembro del Departamento de Derecho Financiero y Tributario de Cuatrecasas.

Fiscal

Año nuevo, plan de control tributario nuevo. Como viene siendo habitual, a principios del año se publica la hoja de ruta para la Agencia Tributaria. Los documentos que se publican son tradicionalmente extensos y comprenden todo tipo de actividad de comprobación y recaudación. Este año no es una excepción, por lo que no vamos a intentar abarcarlo todo, sino que nos centraremos en algunas de las novedades respecto al plan anterior y estructurarlas en apartados temáticos.

De manera preliminar, las actuaciones de la Agencia se están adecuando a la nueva situación socioeconómica generada por la pandemia de la COVID-19, sin olvidar los demás sectores económicos. Como muestra de ello, se pondrá el foco en aquellos sectores que no han sufrido estragos a consecuencia de la pandemia y, también, en los que han visto prosperar su actividad a raíz del nuevo entorno condicionado por las restricciones sanitarias.

En el ámbito aduanero y de comercio electrónico, se pondrá un especial énfasis en las modalidades de comercio que se han desarrollado en los últimos años. La Agencia no es ajena al trabajo de gran envergadura que tiene por delante, por lo que los principales esfuerzos se centrarán en las plataformas en internet. Al tratarse de la fase inicial del proyecto, la prioridad pasará por la recogida de información, con la identificación fiscal de los intervinientes en las operaciones, así como las principales características de estas, creando así una primera aproximación al nuevo modelo de la economía internacional.

Por otro lado, y en el terreno de las importaciones, desaparece la exención por operaciones de bajo valor en el ámbito de IVA, lo que supondrá un incremento exponencial del número de declaraciones para operaciones de este tipo. En paralelo, y aunque en principio no vaya a suponer una carga formal adicional, se iniciará el cruce de datos de dichas declaraciones con la información obtenida de las plataformas de comercio electrónico para controlar el tráfico económico y detectar posibles situaciones de fraude.

Sin abandonar el ámbito aduanero, también se prevén labores de control de importación de los productos sanitarios destinados a la lucha contra la pandemia, dado el incremento de volumen en el sector, si bien las actuaciones deberán respetar la garantía en el suministro de los bienes esenciales.

Respecto a los procedimientos de comprobación, la Agencia enfatizará en 2021 el proyecto de centralización de las experiencias inspectoras. El proyecto clasifica las contingencias descubiertas según criterios cualitativos y cuantitativos, sistematizando los precedentes. Se espera que la información obtenida sea de utilidad para planificar actuaciones futuras y detectar con mayor eficacia y agilidad los sectores con menores grados de cumplimiento y mayor reincidencia. La información recabada se organizará durante el año 2021, y se espera consolidar una base de datos para el año 2022.

La Agencia también espera que este proyecto pueda ser de utilidad para definir las actuaciones en ámbitos de fiscalidad más complejos, como las comprobaciones de estructuras internacionales y las operaciones realizadas entre entidades vinculadas.

En particular, en el ámbito internacional, la base de datos se completará con el suministro de información sobre mecanismos transfronterizos, conocido como DAC-6, que va a alcanzar su plena operatividad en el año 2021. Se prestará especial atención a operativas de los grupos multinacionales que giren en torno al reparto de dividendos o pagos de intereses.

También se incrementará la vigilancia en el ámbito de la fiscalidad personal y patrimonial. Aquí la Administración Tributaria prevé implementar, en el terreno de la deslocalización de los contribuyentes, una nueva herramienta apoyada en el Big Data. De esta manera, se prevé expresamente que se analizarán conjuntamente tanto las relaciones económicas, como los vínculos sociales y familiares de los contribuyentes para determinar la permanencia, los indicios y pruebas clave en la determinación de la residencia fiscal.

Adicionalmente, se va a estrechar el cerco alrededor de las criptomonedas, con un mercado en auge en los últimos años. Todo ello con la vista de que, en un futuro próximo, se planifiquen las actuaciones para verificar la correcta tributación de operaciones que los involucren.

Por su parte, y en un terreno más tradicional, se va a ahondar en el control gracias a una mayor colaboración administrativa. Por un lado, en materia de clasificación de relaciones entre empresa y trabajador, las actuaciones se coordinarán con la inspección de trabajo y las actas que se produzcan darán lugar a comprobaciones tributarias. Por el otro, y en el terreno de las rentas inmobiliarias, se reforzará el control de los alquileres, con el intercambio de la información sobre las fianzas vinculadas al arrendamiento, depositadas ante las comunidades autónomas. Ello permitirá detectar situaciones de no tributación y se complementarán con las visitas de actuarios a los inmuebles para verificar la situación y uso de los mismos.

Como conclusión a lo anterior, los cambios económicos dictados por la pandemia aceleran la adaptación de la Agencia Tributaria. Si bien el año 2021 parece ser un año de transición en el que se va a recoger y sistematizar información en los sectores de mayor auge, muy pronto la Administración estará plenamente preparada para extender las comprobaciones a un espectro más amplio de contribuyentes.