Valoración del riesgo de crédito a las empresas

FINANZAS

Víctor Fabregat Tena
Máster en Dirección Económico Financiera por el CEF.-
Miembro de la ACEF.- UDIMA

La concesión de operaciones de financiación a las empresas por parte de las entidades financieras es uno de los principales pilares del negocio de estas últimas, con el doble objetivo de incrementar la inversión y reducir la tasa de morosidad; si bien también conlleva asumir un riesgo de crédito en las operaciones concedidas, concretado en el riesgo de que el acreditado no pueda devolver las sucesivas cuotas de capital e intereses en tiempo y forma.

Para ello, es fundamental para las entidades de crédito realizar un buen análisis de riesgos en las distintas fases desde la concesión del crédito, distinguiendo una fase de admisión (estudio que nos permitirá decidir sobre la aprobación o no de nuevo riesgo con el acreditado) y una fase de seguimiento (control periódico de la evolución y comportamiento de riesgo ya concedido). En este artículo nos vamos a detener en la fase de admisión, centrándonos en los aspectos que valoran las entidades financieras en el análisis de empresas para conceder riesgo nuevo.

En cuanto a los aspectos a valorar, debemos considerar tanto un análisis cuantitativo (que nos llevará a conclusiones sobre capacidad de pago, tomando datos históricos y numéricos, procedentes de distinta documentación: cuentas anuales, información fiscal,  etc.), como un análisis cualitativo (solicitud de aclaraciones a los datos obtenidos del análisis cuantitativo, para lo que es necesario el conocimiento del cliente por parte de la oficina bancaria). Ambos tipos de análisis son igualmente importantes, y servirán para elaborar el informe por el departamento de riesgos.

1-- Elaboración del informe de análisis de riesgos.

Un informe que permita tomar decisiones a la entidad financiera debería llevar estos epígrafes:

- Finalidad: destino de los fondos prestados, esto es: inversión (compra de inmovilizado), aprovisionamiento de existencias, financiación de circulante (crédito, descuento comercial, factoring...), aval (riesgo de firma), etc., debiendo estar la finalidad debidamente justificada.

- Importe: debe ser adecuado a la finalidad y al riesgo actual del cliente (que obtendremos mediante consulta al fichero CIRBE). Además, debemos distinguir:

- Operaciones de inversión: deberán indicar la forma de financiación, siendo conveniente la aportación por el cliente de fondos propios en torno a un 20% de la inversión a realizar.

- Operaciones de circulante: dado que la solicitud de líneas de circulante suele venir motivada por déficit de liquidez para financiar su ciclo de explotación, deben quedar acreditadas las necesidades financieras de circulante, a fin de que sean coherentes con el importe solicitado, de modo que no oculte finalidades distintas. Para calcular las NFC podemos seguir los siguientes pasos:

  • Periodo Medio de Maduración Financiera (PMMF) = Periodo medio de almacenamiento (PMA) + Periodo medio de cobro de clientes (PMC) – Periodos medio de pago a proveedores (PMP).
  • Necesidades operativas de fondos (NOF) (se puede obtener a partir de PMMF): NOF = PMMF x (Ventas/365).
  • Si NOF > Fondo de Maniobra, hay déficit de fondo de maniobra, y entonces NOF - FM = NFC (necesidades financieras de circulante).
  • Comparar las NFC con el riesgo nuevo para circulante que se solicita.

- Plazo: Si es inversión, será a largo plazo y coherente con la vida útil del bien y con el retorno de la inversión. También debe ser adecuado a la generación de recursos (pactando en su caso periodos de carencia de capital hasta que se comiencen a obtener recursos). Si es circulante, debemos establecer corto plazo (un año normalmente).

- Disposiciones: el capital del préstamo debe ser dispuesto en el momento en que se aplique a la finalidad (aplicación de fondos), por ejemplo pactando un calendario de disposiciones de capital en casos concretos como: montaje de maquinaria, préstamos con certificaciones de obra, etc.

Es fundamental para las entidades de crédito realizar un buen análisis de riesgos en las distintas fases desde la concesión del crédito, distinguiendo una fase de admisión y una fase de seguimiento

- Capacidad de pago o viabilidad a largo plazo: Es el aspecto fundamental del análisis de riesgos, debiendo ser suficiente para préstamos a largo plazo, para lo que existen diversos ratios, proponiendo uno: EBITDA / Cuotas anuales >= 1,30. (Recordando que el EBITDA es el resultado de explotación antes de amortizaciones, provisiones y resultados atípicos).

  • También se debe tener en cuenta que la periodicidad de las cuotas ha ser adecuada a la obtención de ingresos (lo que determina si las cuotas son mensuales, trimestrales, semestrales o anuales),  considerando si se trata de actividad estacional (turismo, campañas agrícolas, etc.).
  • Será en este punto cuando se incluirá el análisis del Balance y la Cuenta de Pérdidas y Ganancias, recomendando analizar los últimos 4 ejercicios cerrados (ver Cuentas anuales, Impuesto de Sociedades, IVA, …) y analizando la evolución de los principales ratios y comparándolos con los del sector. También deben aportar estados financieros  provisionales del ejercicio en curso.

- Garantías: Real (hipoteca, prenda sobre saldos pasivos) o personal, con o sin avalistas. Estando documentadas las garantías, con notas simples del Registro de la Propiedad actualizadas.

- Rentabilidad: estimar la rentabilidad de la operación más las de las compensaciones acordadas con el cliente (venta cruzada de seguros y/o otros productos de vinculación, tarjetas, etc.).

Tras los puntos anteriores, el informe finaliza con la sanción: favorable o desfavorable, debiendo estar argumentada, indicando puntos fuertes y débiles.

2- Algunos ejemplos en que la información económica debe ir acompañada del análisis cualitativo (entrevista director de oficina / cliente) para aclaraciones al informe de riesgos:

- Empresas de reciente constitución (sin datos económicos históricos).

- Empresas con EBITDA negativos según datos históricos, pero con inversiones recientes que incrementarán ingresos (proyectos de inversión), debiendo aportar estados previsionales. 

- Empresas que formen parte de un grupo económico o que son continuidad de otras.

- Incremento de existencias, debiendo aclarar el motivo, si  no se debe a  descenso en ventas (acopio  por descenso de precio, por ejemplo).

- Recabar información adicional que se considere necesaria sobre el cliente, los socios, el producto, las instalaciones, el sector, la actividad, concentración de clientes o proveedores...

3- Ejemplos de mal planteamiento de un análisis de riesgos:

Para concluir, se indican a modo de ejemplo algunos de los defectos más comunes en el estudio de riesgos nuevos:

- Solicitar un crédito a corto plazo para inversión, o un préstamo a largo plazo para circulante.

- Plantear importe y/o plazo inadecuados, de modo que no haya capacidad de pago, o bien financiación de circulante no coherente con sus necesidades de circulante.

- Disposiciones de préstamo / cuotas de amortización en fechas  inadecuadas.

- Garantías insuficientes.

- Empresa con estructura de costes inadecuada (con elevados costes fijos, por ejemplo), y por tanto sensibilidad de la misma a un descenso en ventas.

En resumen, esta información relevante para la entidad financiera deberá ser tenida en cuenta por las empresas solicitantes de crédito para preparar su dossier y la entrevista con su oficina bancaria.