Los valores que no creemos
Félix María Aguado
Presidente de Augeo Consulting Group
Máster en Dirección Económico Financiera por el CEF.-
Profesor del CEF.-
Lusi. RgbStock
Lamentablemente, todos los políticos de nuestro tiempo responden a los distintos temas de actualidad siguiendo el “argumentario” que les hacen llegar desde la unidad de comunicación del organismo público que les acoge o del partido en el que militan. Y entonces escuchamos permanentemente los mismos claims para los mismos issues. Por ejemplo, “la defensa de nuestros valores frente al terrorismo yihadista”.
Y yo me pregunto: ¿Cuáles son esos valores? ¿Nos los creemos? ¿Son valores morales? Porque si por valores entendemos la corrupción política, la falta de transparencia, la descalificación del contrario, la mentira compulsiva, la competencia desleal, la promoción del aborto o la violencia de género, entre otros, menudos “valores”.
Justamente la decadencia de nuestras sociedades y los ataques por parte de los estados teológicos islámicos radicales se produce porque el yihadista SÍ se cree lo que propugna su religión, y que la muerte del infiel es algo intrínsecamente bueno para el mundo, su credo y él mismo, hasta llegar incluso al sacrificio de la propia vida.
Si de verdad diéramos la vuelta a la jerarquía de valores totalmente adulterada de nuestras sociedades, entonces la lucha contra el terrorismo yihadista sería totalmente justa y necesaria, una causa netamente superior, pero claro, basada en la honradez, la transparencia, el fair play, la verdad, la defensa de la vida, el trabajo bien hecho, el respeto al otro y al entorno…
Al final, estamos ante una lucha de civilizaciones, donde la superioridad de nuestra civilización pasa por reconocer y defender la dignidad del ser humano, basada en la Carta de derechos de Naciones Unidas para todos, y en el estatus de hijo de Dios del hombre para los creyentes. Detrás de esta dignidad han de estar la vida, la libertad, la propiedad, la justicia y la paz como valores supremos, superando la visión de “sumisión” que el yihadismo radical pretende para las personas.
Y en esta lucha a favor de la dignidad de las personas los símbolos son importantes. ¿Por qué nos da vergüenza mostrar nuestra bandera nacional? ¿Y cómo cantaremos nuestro himno nacional? ¿Diremos nana nana o chunda chunda? Por favor, una letra para nuestro himno ya… Qué sana envidia de nuestros vecinos franceses…
Muchas cosas para meditar, y después para cambiar en nuestro interior y actuar en la sociedad…
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