El efecto económico de las amortizaciones

El efecto económico de las amortizaciones

Javier Romano
Profesor de Contabilidad del Grupo Educativo CEF.- UDIMA. Miembro de la ACEF.- UDIMA.

Contabilidad

El funcionamiento de una empresa implica, en mayor o menor grado, la adquisición de activos no corrientes (activos fijos), es decir, de elementos patrimoniales cuya característica fundamental es que contribuyen a generar ingresos en más de un ejercicio económico.

Estos elementos pueden ser de tres clases: material (terrenos, construcciones, maquinaria, mobiliario, elementos de transporte, equipos informáticos), inmaterial o intangible (investigación y desarrollo, concesiones administrativas, aplicaciones informáticas, fondo de comercio) y financieros (inversiones en otras empresas, del grupo y asociadas).

Los elementos integrados en el inmovilizado material e intangible en su mayoría se amortizan (la excepción la aporta los terrenos). La amortización se identifica con la depreciación que normalmente sufren los bienes de inmovilizado por el funcionamiento, uso y disfrute de los mismos, debiéndose valorar, en su caso, la obsolescencia técnica o comercial que pudiera afectarlos. La dotación anual que se realiza, es decir, el gasto por amortización expresa la distribución del precio de adquisición o coste de producción durante la vida útil estimada del inmovilizado.

Existen diferentes métodos de amortización para cuantificar el importe del gasto por amortización anual:

  • Método lineal o constante. Las cuotas de amortización son igual a lo largo de la vida útil del activo.
  • Método de depreciación decreciente. Las cuotas de amortización siguen un patrón decreciente a lo largo de la vida útil del activo. Los importes de los primeros años son superiores a los de los últimos años.
  • Métodos basados en la actividad. Las cuotas se calculan en función del uso efectivo que se hace del bien.

Para analizar el efecto económico de las amortizaciones vamos a partir del supuesto en el que el activo amortizable se paga en el momento de su adquisición. A partir de aquí es evidente que las amortizaciones son un gasto contable pero no desembolsable, situación que contribuye a la minoración del beneficio y por tanto a una menor salida de fondos a través de la distribución del beneficio. Intentaremos explicar la situación anterior a través de un breve ejemplo.

Supongamos que se adquiere un vehículo al inicio del año 1 por importe de 10.000 unidades monetarias (um) que se aporta en la constitución de un negocio en forma de capital.

Activo
Importe
Patrimonio y pasivo
Importe
Vehículo
10.000
Capital
10.000
 
10.000
 
10.000

La vida útil del vehículo es de 4 años y durante el año 1 se han hecho portes (ingresos) por importe de 15.000 um cobradas en tanto que los gastos desembolsables han sido 11.000 um pagadas. Si no se amortizase cantidad alguna, el beneficio distribuible (prescindiendo de consideraciones legales en relación a la dotación de reservas) sería de 15.000 – 11.000 = 4.000. Después de la situación anterior, si el beneficio ha sido distribuido en forma de dividendos, en el balance el vehículo figuraría por su valor inicial (10.000 um) y el capital por el mismo valor (10.000 um).

Activo
Importe
Patrimonio y pasivo
Importe
Vehículo
10.000
Capital
10.000
 
10.000
 
10.000

La situación anterior no es real porque al no haberse realizado la amortización no se refleja la pérdida del valor del vehículo como consecuencia de la depreciación sufrida en su primer año de vida útil y tampoco el capital social representa el verdadero valor de la empresa.

Sin embargo, si se dota amortización de 10.000/4 = 2.500 el resultado sería diferente, estaría formado por el ingreso (cobro) de los portes 15.000, menos los gastos desembolsables (pagos) de 11.000 y menos las amortizaciones (gastos no desembolsables) de 2.500 um.

Resultado = 15.000 – 11.000 – 2.500 = 1.500

Incremento de tesorería = Cobros – Pagos = 15.000 – 11.000 = 4.000

Si el resultado se repartiese en forma de dividendos el incremento de tesorería del ejercicio habría sido de 4.000 – 1.500 = 2.500. En esta situación el balance al cierre del primer ejercicio sería el siguiente:

Activo
Importe
Patrimonio y pasivo
Importe
Vehículo (10.000 – 2.500)
7.500
Capital
10.000
Tesorería
2.500
 
 
10.000
 
10.000

Mediante la amortización se ha conseguido que el vehículo refleje su verdadero valor después de un año de uso y además se han generado fondos por 2.500 um. Esta situación se repetirá durante los tres años siguientes al cabo de los cuales, si se sigue el mismo comportamiento, se habrán generado fondos por 10.000 um que permitirán la renovación del vehículo.