"La dinámica de un Estado solo funciona porque hay funcionarios detrás"

Foto de Sonia Pérez Urría-Ventosa

Luis Miguel Belda García
Director de Comunicación del Grupo Educativo CEF.- UDIMA.

Entrevista

Entrevista con Sonia Pérez Urría-Ventosa

Interventora General del Estado de la Seguridad Social

La Intervención General de la Seguridad Social, con rango orgánico de dirección general y bajo la dependencia funcional de la Intervención General de la Administración del Estado, es el órgano de control interno y de dirección y gestión de la contabilidad de las entidades que integran el sistema de la Seguridad Social. Esta rama de la función pública, la Seguridad Social, ha sido noticia en los últimos meses, y particularmente en lo que va de 2023, por las dificultades de prestar un servicio al ciudadano en las condiciones ideales. ¿La causa? La falta de funcionarios públicos, aunque el Gobierno está enfrascado en corregir esta situación. De fondo, algo que no todo el mundo conoce: no se cubren más plazas de lo que sería deseable porque tampoco hay suficientes candidatos. De las dificultades de preparar una oposición en este ámbito, y en particular de las de más alto rango, las A1, trata esta entrevista con Sonia Pérez Urría-Ventosa, Interventora General del Estado de la Seguridad Social.

¿Cuál es la misión de un interventor de la Seguridad Social?

Su principal misión, de forma resumida, es controlar el gasto de la Seguridad Social, velar por que los ingresos se efectúen correctamente y registrar todas las operaciones contablemente en el sistema de información contable de la Seguridad Social.

¿Digamos que usted es una pieza clave en la gestión y administración de las pensiones, con carácter general?

La función de cualquier interventor es fundamental en un Estado de Derecho que como tal se precie, porque ¿cómo podríamos tener un Estado de Derecho que no tuviera un buen sistema de control interno? A lo que se dedica la Intervención General, bien sea del Estado, de la Seguridad Social o de la Defensa, es al control interno en nuestro país. Por eso es fundamental que haya un buen ­sistema­ de control. ¿Por qué? Porque los recursos son escasos y porque el que decide la política de gasto es el gobierno y por tanto qué mínimo que haya un buen sistema de control para que se pueda ejecutar toda la política de gasto de conformidad con el ordenamiento jurídico.

Su trabajo es neutral, por decirlo de alguna manera, independiente de cualquier gobierno en un momento dado.

Totalmente. Es fundamental garantizar la independencia de cualquier órgano de control interno y externo, pues no sería un Estado de Derecho como tal si, precisamente, no garantizáramos esa independencia, que, por otra parte, creo que en nuestro Estado está muy bien recogida por la independencia que garantizamos a través de una dependencia funcional de la Intervención General del Estado, en el caso de la Intervención General de la Seguridad Social y, a su vez, una inclusión orgánica en el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Y esa dualidad entre la dependencia funcional y la dependencia orgánica garantizan al órgano de control interno, en este caso de la Seguridad Social, el que pueda ejercer sus funciones con total garantía e independencia.

Porque, en el caso de mi persona, se la nombra por el ministro de Inclusión a propuesta del Interventor General de la Administración del Estado, en concreto del Ministerio de Hacienda; por tanto, ese poner de acuerdo a dos ministerios tan importantes en nuestro Estado, como son el de Hacienda y el de Inclusión, da garantías suficientes para lograr la independencia que tiene que tener el órgano de la Intervención General de la Seguridad Social.

Estamos ante una oposición correspondiente al Grupo A1. ¿Es de las más difíciles de preparar o es un mito?

Hemos de decir que, en verdad, esta oposición tiene un grado de dificultad importante. Para optar al Grupo A1 tienes que ser un licenciado, y es muy difícil compaginar la amplitud de conocimientos que exige esta especial oposición, puesto que requiere conocimientos en derecho, y muchos en contabilidad y matemática financiera. ¿Qué ocurre? Pues que a los que procedemos de la rama del derecho nos cuesta mucho la contabilidad y las matemáticas financieras y a los que vienen de la rama económica les cuesta bastante el derecho. La carrera más versátil para acceder a esta oposición siempre ha sido la de ADE, Administración y Dirección de Empresa. No obstante, lo cierto es que en nuestro colectivo hay mucho licenciado en Derecho y mucho en Económicas. Al final, sí que es verdad que ese grado de dificultad que tiene en cuanto a temario y de especialidad de la materia es muy atractiva porque son pocas las personas que se presentan. Creo que es una gran desconocida dentro del campo de las oposiciones, porque creo que la Seguridad Social es algo diferente.

¿La de funcionario público es una profesión vocacional?

Creo que todo aquel que llega a opositar sabe que es un servicio público y es una tarea fundamental en nuestro Estado tener buenos servidores públicos, buenos profesionales ante todo, lo que creo que se consigue. A la función pública solo se llega por vocación de servicio a los demás. Podemos estar hablando de si las oposiciones son el mejor método para el acceso a la función pública, pero creo que se ha conseguido llegar a un grado de profesionalización por parte de los funcionarios que hoy prestan servicio en nuestro Estado que creo que es digno de la función pública. Y ciertamente tiene que ser vocacional porque todos conocemos que, a nivel del ejercicio que realizamos y de las responsabilidades que tenemos, somos conocedores de que los sueldos son aquellos que se aprueban en la Ley de los Presupuestos Generales del Estado y de ahí no se pueden salir. Y ya seas director general, secretario de estado, ministro o un funcionario del cuerpo A1, A2, o C1 o C2, los salarios están tasados y de ahí no podemos salirnos. Por tanto, sí que hay mucha vocación en la función pública. No se oposita solo por dinero.

¿Cuándo decide que quería ser funcionaria pública?

Cuando hice derecho tenía claro que quería ser abogada y ejercer. Me gustaba mucho, y sigo viendo todas las series que salen de abogados. Pero cuando uno llega a la universidad se encuentra con la gran realidad del mercado de trabajo que es la dificultad de poder trabajar como abogado. Yo entro en la Carlos III a estudiar derecho y allí lo que más me llama la atención son las asignaturas optativas. Por ejemplo, contabilidad y la propia Seguridad Social. Y ahí es cuando ya empieza un poco mi amistad con la Seguridad Social. Me pareció una materia sumamente atractiva. Hay que pensar que la Seguridad Social lo que brinda es toda aquella protección que nos va a suceder a cualquier ciudadano de nuestro país a lo largo de nuestra vida. Nos vamos a encontrar ante una situación en la que vamos a tener que ser protegidos por un sistema de Seguridad Social, y eso me atrajo mucho porque, entre otras cosas, tenía a mis abuelos en ese momento que cobraban las pensiones de jubilación, también hubo un tema familiar muy cercano que me hizo acercarme muchísimo a las prestaciones de la Seguridad Social y eso es lo que a mí me derivó a que ya no solo quisiera ser abogada, también quería serlo de la Seguridad Social.

Cuando uno avanza en la carrera va viendo las opciones que tiene, como un bufete de abogados, quedarte en la universidad u opositar. Las opciones empezaron a ser cada vez más claras, y por descarte, vi que el ámbito al que tenía que dirigirme era la oposición, y ahí es donde entra para mí la figura tan importante del Centro de Estudios Financieros, porque cuando yo quiero hacer algo de Seguridad Social lo que tenía en la cabeza es ser letrada en la Seguridad Social, pero ahí me encuentro con la figura tan importante en mi vida que supone Ángela de las Heras (directora del área de Oposiciones del CEF.-) que me dice: aquí hay un abanico de oposiciones para la Seguridad Social y una es la de inspector de trabajo, que también me atraía muchísimo, y esta otra gran desconocida, que es la de interventores de la Seguridad Social. Me explica los pros y los contras y veo que una de las ventajas que tiene nuestra oposición es la competencia. Si bien es verdad que hablando de las oposiciones del Grupo A1 todas tienen un grado de dificultad tremendo. No podemos engañar a ningún universitario, pues se va a enfrentar a un periodo de tiempo de su vida dedicado exclusivamente a estudiar. Pero tampoco importa si no logra una plaza al final del camino. Ese esfuerzo y preparación tiene que tener un reconocimiento ante las empresas, en el currículum, porque un opositor tiene un bagaje impresionante en conocimientos, en memoria, que, aunque no haya logrado la oposición, tienen otros muchos valores que quizás deben ser tenidos en cuenta de cara a este futuro, porque cada vez hay menos opositores y esto quizá se tenga que tener en cuenta.

La competencia es muy importante porque, de alguna manera, es competir contigo mismo, que es lo que tiene esta oposición. Pero, una vez salvado ese grado de dificultad que tienen todas las oposiciones, resulta al fin una ventaja que creo que no tiene prácticamente ninguna oposición en el ámbito de la función pública. Un interventor de la Seguridad Social que tenga la vocación, ese ánimo de estudio y que le guste esa materia creo que lo puede conseguir. Esa es la gran ventaja de esta oposición.

Le está leyendo un aspirante a ocupar una plaza como la suya. ¿Qué le recomienda?

Lo primero, que tenga la capacidad de la paciencia. Uno no puede estar pensando que una oposición se tiene que lograr en un tiempo determinado. Cada persona requiere su tiempo. Hay que pensar en la edad en la que se parte. Lo normal es que nos planteamos este tipo de decisiones cuando estamos en el final de una carrera. Y en esos momentos uno tiene la necesidad de tener una independencia económica, lo que es obvio y natural. Un opositor tiene que hacer ese gran esfuerzo, sobre todo mental, de apartarse un poco de todo eso. Es una inversión de futuro. Va a costar lograr esa independencia económica. Esa prisa no la tiene que tener ese opositor. Le recomiendo un hábito de estudio permanente y disciplinado. Sin hábito de estudio, es muy difícil. Pienso en esta generación. Son gente inteligente que lo demuestran cada día y nos superan en medios tecnológicos, y claro que viene preparada, pero quizás con un sistema o trayectoria y hábito de estudios diferentes.

Los millennials lo quieren todo, pero para ayer. ¿Mal asunto, no?

Mal asunto a la hora de opositar. Me parece muy difícil el enfoque del opositor bajo esa premisa. Son gente muy preparada, como digo, pero que falla en ese hábito disciplinado del estudio. Hay ahora una reforma de la función pública sobre este tema y estamos todos un poco abocados a llegar a ello. Pero no estoy segura de abandonar estas prácticas de que el poema hay que estudiárselo y recitarlo al día siguiente, pues eso venía muy bien para prepararnos para una oposición y creo que eso se ha perdido. Las nuevas generaciones son muchos más prácticas, con una mentalidad más abierta, lo quieren todo y de forma inmediata porque lo tienen en los medios que manejan. Eso casa difícil con las oposiciones, pero creo que tenemos que hacer una labor muy importante desde las organizaciones para demostrar que es necesario tener buenos funcionarios, porque un país solo funciona con una buena función pública: Digamos que estamos ahí escondidos, pero la dinámica de un Estado solo funciona porque hay funcionarios detrás. Si perdemos eso, y ha habido épocas que todos conocemos que se ha devaluado mucho la función pública, pues poco va a ser posible en nuestro país. Tenemos que ser capaces de transmitir a nuestros jóvenes que tenemos necesidad de servidores públicos y quizás hemos de hacer cultura y transmitir a las nuevas generaciones que es importante tener buenos funcionarios públicos, que es una actividad superesencial y bonita. La gente cree que un funcionario hace todos los días lo mismo. Aquí todos los días tenemos una cuestión nueva y venir al trabajo sabiendo que cada día te vas a enfrentar a algo nuevo, a todo joven creo que le llamaría la atención. Un joven puede pensar que no quiere trabajar en un sitio donde cada día tenga que hacer lo mismo todos los días, pero aquí, sea cual sea la escala, los funcionarios nos enfrentamos a cuestiones distintas cada día, sobre todo en la Seguridad Social, que tenemos las prestaciones que son tan importantes y con tanta casuística, pues detrás siempre hay una persona.

¿Cómo fue su preparación en el CEF.-?

Al principio no sabía a qué se dedicaba un interventor y por mucho que Ángela me lo explicó con la mejor de sus intenciones, si a un joven, como era mi caso entonces, le dices que se dedica al control del gasto público, se queda un poco sin demasiadas pistas. Una pensión de jubilación que se reconoce lo gestiona cualquier tramitador, pero siempre tiene que haber un interventor ahí que va a estar mirando si ese expediente es conforme al ordenamiento jurídico, es decir, que tenga las cotizaciones que tiene que tener, que esté afiliado a la Seguridad Social. En definitiva, todos los requisitos que tiene que cumplir para poder jubilarse, y todo eso tiene que pasar por la intervención general. Fijaos qué papel tan importante hace el interventor.

¿Qué me ocurrió?, que para entender eso, como no está demasiado extendido lo que hace la función de interventor, me tuve que ir a un centro de atención de la Seguridad Social y allí pregunté ¿qué hace el interventor? Y allí me explicaron que tiene la facultad de vigilar que esa gestión se haga de acuerdo con el ordenamiento jurídico, y que tiene esa otra vertiente de haber sido visto como un eslabón más de la cadena de la gestión, pero que podemos fijar nuestra disconformidad si algo está mal. A raíz de ahí investigué más sobre su tarea y ahí empezó el atractivo.

Contabilidad, matemáticas financieras, derecho civil y mercantil, economía general y de la empresa… no son estos complejos temarios un plato para todos los estómagos…

No. No lo son. Y a mí que venía de letras me costó. Lo bueno de estas oposiciones es que también cuidan al opositor. Si llegas a una nota media, se te guarda la nota, eso es muy atractivo. Es una programación. Mi gran dificultad, como licenciada en derecho, fue la matemática financiera y la contabilidad, pero como la gente de económicas la tienen con el derecho. Yo fui a por todo, porque creo que en la vida hay que ir a por todo para llegar a algo, pero estas materias fueron mi cruz, y en vez de sacarlas en un año, yo tardé dos años en sacar la oposición, pero al final el fruto fue bueno porque, una vez superado el primer ejercicio,  me dediqué absolutamente a dichas materias y el tercer ejercicio, que era oral, era el que disfrutaba mayormente, porque cuando uno conoce la Seguridad Social y la empieza a estudiar en la oposición, creo que es donde empiezas a conocer las prestaciones y, una vez lo ves en tu propia familia, que han vivido esas prestaciones, pues estudiarlas resulta relativamente sencillo y la disposición de tener el oral se va trabajando y en eso el CEF.- nos ayudó a todos los opositores de manera muy importante.

¿En qué consiste su labor diaria al frente de su actual puesto?

Mi labor diaria deja esa particularidad de que el interventor dé o no el expediente concreto. Aquí al final dirigimos un equipo, una gran familia que digo yo de la Intervención General de la Seguridad Social. Lo componemos en torno a 1.600 compañeros y como centro directivo no tiene otra razón de ser que prestar servicio a nuestras intervenciones delegadas, que están representadas en todo el territorio nacional. Y hay otra rama que es la contable. La Intervención General proporciona los datos, tanto a las Cortes como al Tribunal de Cuentas, en todo aquello que tiene que tomar las decisiones sobre la actividad económico-financiera de la Seguridad Social, pues el registro contable de cada operación lo lleva la intervención y esa dirección nos compete desde el centro directivo, representado a través de todas nuestras delegaciones territoriales. Ha habido una época en la que estamos inmersos todos que es muy compleja, de gestión. Los efectivos cada vez son menores, esto ocurre en toda la Administración General del Estado y, cómo no, lo sufre también la Seguridad Social. Ya hace unos años que venimos afrontando la escasez de reposición de efectivos en la Administración y eso ha hecho que nos reinventemos. La Administración se está reinventado constantemente y en la Intervención General, en el área de control financiero no lo lleva la intervención delegada territorial, sino que hemos creado unas unidades especializadas en el control financiero, precisamente para aunar, sacar sinergias, mayor eficacia y eficiencia en la propia gestión del control financiero.

¿Cómo se explica que haya vacantes en estas plazas en las últimas convocatorias?

Es una gran incógnita. Nosotros, que evidentemente de nuestros tribunales forman parte profesores de la universidad, catedráticos, siempre les hacemos la misma pregunta: ¿qué está pasando? Decía usted antes qué es lo que pasa con esa generación que lo quiere todo ya. Quizá la explicación la encontremos ahí. Estamos viendo que quien llega ahora a opositar es gente de avanzada edad, no solo recién graduados en la universidad, y eso quizás sea la peculiaridad de lo que está ocurriendo. Y es que la gente joven quiere un trabajo inmediato. Es verdad que la dificultad de la oposición es algo a considerar, pero creo que todo esfuerzo merece la pena. Sabes que compites contigo mismo y eso, a día de hoy, creo que ninguna oposición te lo puede garantizar. Y la de interventor de la Seguridad Social te garantiza que tú vas a competir contigo mismo. Si eres una persona constante y disciplinada en el estudio vas a conseguir la plaza de interventor para toda la vida. Pero no solo en intervención: hay vacantes en técnico, en la intervención del Estado, en la judicatura. Es decir, hay vacantes en toda la función pública. Es una generación la que tenemos que quiere las cosas inmediatas, la independencia económica, que tiene un acceso muy grande a prácticamente todos los medios, pero el móvil de hoy se queda obsoleto mañana y quieren un móvil mejor. Entonces al final esos requerimientos de la vida les lleva a tomar la decisión de irse a la empresa privada.