La innovación, clave del éxito
MARKETING
Rafael Muñiz
Profesor del Máster Universitario de Marketing y Ventas del Grupo CEF.- UDIMA
CEO de RMG, marketing y comunicación
En pleno siglo XXI, España se encuentra en un cambio de etapa donde la innovación y las tecnologías emergentes están acaparando el protagonismo en la economía de las empresas de cara a fijar su nivel de competitividad. Nuestro país no está sabiendo evolucionar y adaptarse a los cambios que han de realizarse. Prueba de ello es el posicionamiento que le otorga el último ranking de competitividad 2018 realizado por el International Institute for Management (IMD) de Lausanne, donde España ha perdido dos posiciones, pasando del puesto 34 al 36, entre los 63 países estudiados.
Si queremos volver a la senda del crecimiento debemos comprender que las nue¬vas tendencias tecnológicas forman parte de nuestro día a día. La continua innovación es algo fácil de observar en nuestra vida cotidiana, en nuestros hábitos de consumo, y en cómo nos comunicamos con nuestro entorno. Esta realidad nos está obligando a evolucionar y a manejar nuevas y diferentes herramientas para poder adentrarnos en el mundo del marketing 4.0. Todo progresa a una gran velocidad, en los próximos 20 años avanzaremos más que en los 2.020 anteriores.
En este nuevo reto la sintonía entre la cultura de la empresa y la tecnología hará que el cliente juegue un importante papel como centro de toda estrategia. Son los nuevos hábitos de consumo los que marcarán los objetivos en los próximos años.
Todos estos avances han cambiado completamente la manera de trabajar, han simplificado los procesos y nos han dado un acceso global a la información y al conocimiento. También ha hecho que nos comuniquemos de formas muy distintas, ya no solo hablamos con las personas que tenemos a nuestro lado, sino que estamos interconectados con cualquier parte del mundo. Estamos continuamente ligando nuestra vida personal a los teléfonos móviles, lo que ha creado una auténtica intimidad digital. Dentro de cada uno de esos aparatos está gran parte de nuestra vida, de nuestra información. Ante este nuevo panorama tenemos dos opciones, seguir adelante y adaptarnos, o quedarnos atrás, obsoletos y rezagados. La decisión está solo en nuestras manos.
Nos encontramos inmersos en un mundo globalizado en permanente cambio, por lo que no nos debería sorprender la velocidad con la que el mercado está sacudiendo a empresas, profesionales y clientes. Sin embargo, la realidad nos indica que tan solo si sabemos gestionar adecuadamente el cambio cultural y dotamos a la organización de capacidades digitales, podremos salir airosos del reto planteado. Es la única manera de poder recuperar la competitividad que estamos perdiendo.
En la actualidad tan solo una de cada tres empresas está preparada para abordar el reto de la digitalización. La alta dirección debe desarrollar una cultura corporativa que fomente la adopción de estrategias de negocio actualizadas que impulsen las nuevas tecnologías. A fin de cuentas, la digitalización es sin duda el fenómeno que más está reconfigurando a las empresas y a su entorno competitivo. Muchas compañías se plantean abordar la transformación digital como una forma de afrontar su impacto, o incluso de multiplicar su efecto en los mercados. Una vez tomada la decisión de transformarse digitalmente surgen dos cuestiones: por dónde puede comenzar dicho proceso y cómo gestionarlo.
La experiencia nos ha demostrado que si queremos avanzar profesionalmente debe¬mos ser muy conscientes de la importancia de estar al día, muchas veces es ahí donde radica la diferenciación en nuestra cadena de valor. El mundo empresarial siempre va a decantarse por profesionales que sean activos, que innoven y sepan desenvolverse en un entorno cambiante. Las personas punteras, aquellas que destacan, son las que se renuevan y están en continuo proceso de aprendizaje. No debemos preocuparnos por asumir desafíos en la vida profesional, sino entender los cambios como grandes oportunidades y no desaprovecharlas. Como decía Sun Tzu, “podemos ganar o perder la batalla, pero que no nos cojan desprevenidos”.
La tendencia es que la demanda se incline hacia la incorporación de profesionales trasversales, que dominen habilidades de distintos perfiles. En este contexto socioeconómico los empresarios quieren rodearse de personas competitivas, y la competitividad no es más que la suma de esfuerzo, pasión, innovación, y por supuesto talento.
El emprendimiento es otra asignatura pendiente, sabemos que es algo necesario y que cada vez hay más empresas emergentes que se convierten en líderes de su sector. Aun así, sigue siendo un gran desconocido, hasta que alguien decide lanzarse a montar su compañía poco se sabe de ello. A emprender debería enseñarse en los colegios desde una edad muy temprana, al igual que a innovar. Mi experiencia en el CEF.- y la UDIMA enseñando a las nuevas generaciones me indica que vamos en el camino correcto. No obstante hace falta trabajar en ello para volver a la senda de la competit¬vidad donde la innovación es la clave. Este proceso de cambio lo he querido plasmar sacando una nueva versión de mi libro, editado por el CEF.-, Marketing en el siglo XXI. En esta obra he proyectado la necesidad de hacer una inmersión en el ya denominado marketing 4.0 de la Era Digital. Cuento, desde mi experiencia personal y profesional, la relevancia de adaptarse a los cambios para ser más competitivos.
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