Bienvenidos a Miami, la “Puerta de América”
VIAJES
Ramón Oliver
Miembro de la ACEF.- UDIMA
El distrito financiero de Brickell mira al mar
Ha llovido mucho (Incluso para los estándares tropicales de Miami) desde que Miami era para los españoles ese exótico confín del mundo al que se había retirado a ejercer como truhan y señor Julio Iglesias, o esos escenarios de lujo y depravación por los que paseaba (en lancha) su peinado y su palmito Don Johnson, siempre con aquellas desaforadas hombreras y camisetas de satén debajo de la americana, en la teleserie que lo lanzó a la fama. Desde hace varios años esta urbe (la novena más poblada de Estados Unidos) se ha postulado un centro neurálgico de la numerosa diáspora española que cruza el Atlántico a probar fortuna con su particular sueño americano, muchos de ellos, expatriados de primeras firmas nacionales que tienen en la ciudad del sur de Florida su sede corporativa.
Establecida desde hace años como una de las principales capitales culturales y de negocios de la población latina de Estados Unidos (es la tercera comunidad hispanohablante más grande del mundo fuera de España y Latinoamérica), es mucho más fácil encontrarse con alguien que hable perfecto español en sus calles, playas y comercios que con alguien que no lo haga. Algo que, unido a su rica oferta de ocio, sus exuberantes paisajes y playas y a un clima benigno durante buena parte del año (salvo el periodo de las tormentas tropicales), ha hecho de Miami un destino turístico cada vez más popular y atractivo para el viajero español.
Brickell es el corazón financiero y empresarial de la ciudad. Allí se ubican muchas de los grandes bancos y corporaciones internacionales. Situado junto a la bahía vizcaína y en la confluencia del río Miami, concentra un gran número de rascacielos con centros de oficinas y hoteles. Entre ellos, el hotel Four Seasons, con 242 metros de altura, el edificio más alto de Florida. El conjunto forma un espectacular skyline junto a la costa que luce de forma especialmente rutilante a la caída del Sol, bajo la iluminación nocturna.
Las célebres casetas de socorrista de Miami Beach
Uber es una de las mejores formas para trasladarse a lo largo del mapa de islas, penínsulas, y cayos que traza la intrincada geografía de Miami. Una de esos lugares imperdibles es la paradisiaca isla de Key Biscayne, célebre, entre otras cosas, por su faro: 92 escalones que brindan al visitante con arrestos para subirlos una de las mejores vistas de la zona. Key Biscayne es un paradisiaco enclave de frondosa naturaleza en el que aún se dejan ver los estragos del huracán Irma, que obligó en septiembre de 2017 a evacuar a cerca de 700.000 personas de toda Florida. Una leyenda urbana asegura que uno de los que se negó a abandonar su casa fue precisamente un acaudalado residente de esta zona residencial, quien al día siguiente del paso de la tormenta, y con la ciudad prácticamente desierta y paralizada, lanzó una singular invitación a través de sus redes sociales: todo aquel que fuera capaz de llegar hasta su casa, estaban invitado a participar en la survival party (fiesta de supervivencia) que el millonario había organizado en honor de los que quedaron atrapados en Miami.
Conocida por muchos como la “Puerta de las Américas”, el puerto de Miami alberga uno de los mayores volúmenes de tránsito de cruceros de recreo del mundo. El puerto es origen también de numerosos recorridos turísticos por las costas de Miami Beach o de Bahía Vizcaína, como un paseo en barco de lo más indiscreto y bizarro que ofrece al forastero un atisbo (desde la borda del barco) de la vida de los millonarios a través de un recorrido por las fastuosas mansiones de celebrities como Gloria Stefan, Will Smith, Shaquille O’Neal o Paulina Rubio.
Su rica oferta de ocio, sus exuberantes paisajes y playas y su clima benigno durante buena parte del año hacen de Miami un destino turístico cada vez más popular
La proximidad con Cuba ha hecho que numerosos disidentes del régimen castrista hayan llegado a hasta sus costas a los largo de la historia reciente, muchos de forma clandestina y con riesgo para sus vidas. Tras el histórico acercamiento del presidente Obama al gobierno cubano en 2014, y diversos tiras y aflojas en la política migratoria entre ambos países, hoy se mantiene un compromiso estadounidense para emitir alrededor de 20.000 visados anuales para nacionales cubanos.. Todo ello se traduce en una enorme comunidad que alcanza ya, según las estimaciones, el millón doscientos mil cubanos residentes en Miami. Epicentro de esta comunidad es el barrio de Little Havana y su avenida más emblemática, la Calle Ocho, donde aun es posible embriagarse con el aroma de de los cigarros habanos confeccionados al estilo artesano tradicional u observar a los ancianos retarse bajo el restallar de las fichas de dominó golpeando sobre las mesas de los cafés.
No muy lejos de allí se emplaza Wynwood, un viejo barrio industrial reconvertido en punto de reunión de pintores e intelectuales y exposición permanente para el arte más urbano. Las paredes de sus edificios se han transformado en un lienzo abierto en el que los mejores grafiteros del país y los nuevos talentos plasman sus trabajos, convirtiendo un paseo por sus calles en un goce para los sentidos. Sus tiendas, restaurantes y una atmósfera muy dinámica y contemporánea hacen de este lugar una visita más que recomendable.
Vista nocturna de Ocean Drive
No es el único punto en el que el arte es protagonista en esta ciudad que rebosa sensibilidad cultural. Especialmente durante la celebración de Art Basel Miami Beach, una de las ferias de arte global más importantes del país y que congrega a profesionales y aficionados de todos los puntos del planeta. Otra cita indispensable para los amantes del arte es el Pérez Art Museum Miami, una de las pocas grandes instituciones norteamericanas que puede presumir de tener un nombre latino, gracias al mecenas coleccionista de origen argentino, Jorge Pérez.
Uno no puede dejar Miami sin visitar la célebre Miami Beach, con sus bañistas de cuerpos esculturales, sus patinadores y sus coloridas y variopintas casetas para socorristas. Un total de 25 pequeñas y pintorescas obras de arte de madera distribuidas a lo largo de 13 kilómetros de playas. El área más conocida es South Beach, en la que destaca su famoso paseo de Ocean Drive, cuajado de elegantes y decadentes edificios art decó construidos entre los años 30 y 40 del siglo pasado. Cuando cae la noche, la zona se transforma en un hervidero de actividad que acoge al Miami más gamberro y fiestero. Resulta casi obligatorio tomarse un mojito, al son de la música latina, y degustar algún plato tradicional criollo en el que no falten ni el arroz ni los “tostones” de plátano verde frito.
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