La mutualidad de previsión social
Susanna Carmona
Directora General de La Mutua de los Ingenieros
Recursos humanos
“Instrumento eficaz de previsión social para profesionales”
Algunos profesionales tienen la opción, en el inicio de su actividad, de sustituir la cotización al RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos de la Seguridad Social) por la de su Mutualidad de Previsión Social, accediendo a unas prestaciones mucho más flexibles y, en general, con una cuota mínima un 20 % más económica.
Para poder acogerse a la opción de la Mutualidad, este derecho debe ejercerse en el inicio de la actividad por cuenta propia (alta en el censo de actividad económica). Si no manifiestan expresamente la decisión, la Administración pública entiende que se ha acogido al RETA y podrá reclamar las cuotas atrasadas con los recargos correspondientes. Además, posteriormente ya no será posible cotizar a la Mutualidad como alternativa al RETA, salvo excepciones. Por este motivo, es muy importante que los profesionales lo conozcan con la suficiente antelación, ya que en muchos casos puede resultarles la alternativa más beneficiosa.
¿Cuándo y por qué elegir una u otra opción? En general es importante analizar cada caso, pues no existe una norma universal que nos indique cuándo es mejor una o la otra, ya que dependerá de la historia laboral y de las cotizaciones que se hayan satisfecho. Pero sí podemos indicar, en general, en qué situaciones claramente la Mutualidad alternativa aporta ventajas exclusivas e incuestionables:
- Doble cotización. Con la afiliación a la Mutualidad, los profesionales que coticen en el régimen general evitan cotizar a fondo perdido, ya que la Seguridad Social tiene establecidas unas prestaciones máximas, que podrían superarse fácilmente cotizando a los dos regímenes de la Seguridad Social (régimen general y RETA).
- Trabajar después de la jubilación. Compatibilizar totalmente la percepción de una pensión de la Seguridad Social con su actividad profesional es otra situación beneficiosa para quien desee prolongar su vida laboral en ejercicio libre, una vez jubilado de su actividad de asalariado, y mantener íntegramente el cobro de su pensión pública de jubilación.
En el caso de trabajar exclusivamente en libre ejercicio, debe realizarse un análisis más exhaustivo en el que habrá que valorar, entre otros, factores como la situación familiar, los años cotizados y por cotizar, si es inicio de actividad, expectativas de ingresos y la edad. Con la finalidad de valorar qué es lo que más conviene en cada caso y escoger acertadamente entre un sistema de reparto como es el de la Seguridad Social o un sistema de capitalización individual como el de las mutualidades, sería conveniente solicitar el asesoramiento de la mutualidad, ya que los productos que ofrecen no son directamente comparables. Las mutualidades, por lo menos en La Mutua de los Ingenieros, estamos a disposición de las consultas que nos quieran trasladar los gestores o abogados de estos profesionales.
Además de lo descrito anteriormente, otras ventajas añadidas al contratar con la Mutualidad son:
- La libre designación de beneficiarios, a excepción de la prestación de orfandad que únicamente tiene sentido a favor de los hijos.
- Plazos de carencia reducidos, especialmente interesante en jóvenes que inician la actividad. El sistema público exige para ciertas prestaciones periodos de carencia bastante más prolongados.
- Mayor flexibilidad en la suscripción de coberturas y capitales que el sistema público.
- Equilibrio entre las aportaciones satisfechas para cubrir la jubilación y la renta o capital obtenido en el momento de la misma.
- Consolidación de los derechos adquiridos por la prestación de jubilación también en caso de defunción del profesional.
Las mutualidades de previsión poseen un marco jurídico sólido e individualizado, están dotadas de servicios técnicos profesionalizados y son conocedoras de la realidad de los colectivos que asocian.
La ausencia del ánimo de lucro implica que todos los beneficios redundan en los propios mutualistas, en forma de primas más ajustadas y el acceso a productos específicos y acorde a sus necesidades. También ofrecen soluciones ideales para asegurar compromisos por pensiones, retribución irregular de directivos de empresas o complementar coberturas de autónomos adheridos al RETA, con una fiscalidad más atractiva para el autónomo que las compañías aseguradoras tradicionales y, por lo menos en La Mutua de los Ingenieros, con coberturas más sensibles a sus necesidades, como la baja laboral en caso de que se tenga que cuidar de un menor diagnosticado de una enfermedad grave, rentas de invalidez absoluta y total, cobertura de enfermedades graves o la gran dependencia (recientemente también ampliable a la dependencia severa).