“En estos momentos de dificultades, el patrimonio cultural nos puede volver a unir a los españoles”
Luis Miguel Belda García
Director de Comunicación del Grupo Educativo CEF.- UDIMA
Entrevista a Ignacio Buqueras
Ignacio Buqueras, presidente de la Asociación para la Difusión y Promoción del Patrimonio Mundial de España
España es, tras China e Italia, el país del mundo que atesora más declaraciones y reconocimientos de Patrimonio de la Humanidad, tanto material como inmaterial, por parte de la UNESCO, organización que en 2018 cumplió 40 años embarcada en esta tarea. Con el fin de promover esta feliz circunstancia cultural, se constituye ADIPROPE, la Asociación para la Difusión y Promoción del Patrimonio Mundial de España. Con su presidente, Ignacio Buqueras, conversa la Revista ‘Conectados’. Empresario y académico, Buqueras es, además, numerario en la Real Academia Europea de Doctores; presidente de honor de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE); presidente de honor de la Fundación Independiente, y presidente del Comité Ejecutivo del Homenaje Universal al Idioma Español, entre otras responsabilidades. La entrevista se ha realizado en las instalaciones del Club Financiero Génova.
No todo el mundo sabe que España es uno de los países con más reconocimientos por la UNESCO.
Es lamentable que los españoles, mayoritariamente, sean desconocedores de esta situación tan importante. Tendríamos que estar orgullosos y, al mismo tiempo, ser difusores de esta presencia. España está muy por encima de Alemania, Francia e Inglaterra, países próximos a nosotros de unas características similares y que en muchos otros aspectos superan a España. Por tanto, uno de los objetivos de ADIPROPE es dar esta difusión para que esto puede unir a todos los españoles. Porque es difícil encontrar una comunidad que no tenga algún bien declarado por parte de la Unesco.
En este proceso de conocimiento, surge el libro El patrimonio mundial e inmaterial de España, una obra que se hace desde la asociación que preside. Es evidente que tenemos algo relevante que conservar.
En 2018 se creó esta asociación, que tiene como fin la promoción de nuestro patrimonio mundial, pero, al mismo tiempo, en estos momentos estamos preparando la reedición de este libro. Ha tenido un éxito muy importante por parte de instituciones y empresas para patrocinarlo, teniendo en cuenta que este 2019 es el 35 aniversario de las primeras declaraciones de la UNESCO para España. Fueron cinco, concretamente el 2 de noviembre de 1984. Queremos declarar esa fecha Día Mundial del Patrimonio Español, para lo que estamos en contacto con el Gobierno y con los partidos políticos.
Antes del verano, usted ingresó como numerario en la Real Academia Europea de Doctores a la que pertenecen nada menos que 14 Premios Nobel.
Lo más importante es que es la primera vez en España que el discurso de ingreso como académico numerario en una Real Academia se haya dedicado a este tema tan importante, el del patrimonio español. Con ello y con el libro del que acabamos de hablar, aparte de recoger los 65 elementos declarados por la UNESCO, 48 materiales y 17 inmateriales -como son la dieta mediterránea, el canto de la sibila o el Castells- fomentamos la creación de amigos del patrimonio español. No en vano, estamos programando para 2020 cursos de posgrado especializados sobre el patrimonio mundial español, lo que no existe en Europa ni en ningún otro país. Hay varios países latinoamericanos que ya se han puesto en contacto con nosotros.
Además, vamos a constituir unos embajadores honorarios del patrimonio mundial de España, personas destacadas y relevantes que sean proyectores de este patrimonio mundial, y muchas otras cosas, como viajes culturales que tengan como objetivo un recorrido por las diferentes ciudades españolas con este planteamiento del patrimonio mundial de España.
Hemos constituido el consejo asesor del patrimonio mundial de España y la presidencia ha sido aceptada por Federico Mayor Zaragoza, el único español que fue director general de la UNESCO desde 1987 hasta 1999. En este consejo asesor hay una veintena de personalidades de diferentes campos que están dispuestas a ayudar en esta difusión de nuestro patrimonio.
El patrimonio está muy vinculado al turismo. Y el turismo, en particular en España, aún muy abocado al modelo de "sol y playa". Hay muchos turistas que circulan ya por nuestro país, pero apenas tienen tiempo para conocer esa otra España. ¿Está cambiando el modelo, hay más interés, incluido el del turista nacional, por el patrimonio español?
España es el segundo país turístico del mundo, con más de 82 millones de turistas, y cada vez de mayor calidad. Muy bien el "sol y playa", que es también el turismo clásico español, pero, precisamente, esto es lo que estamos promoviendo, que estos turistas también puedan visitar nuestro patrimonio. Estamos en contacto con diferentes agencias de viajes para que promuevan estos viajes, de modo que ayuden en estos aspectos. Como también con las universidades, para que haya personas preparadas no solo como guías turísticos, sino especializadas en este turismo cultural que es la visita y el mejor conocimiento de nuestro patrimonio.
Uno tiene la sensación de que el viaje cultural pasa por los tópicos de construcciones como la Alhambra de Granada, el Acueducto de Segovia, los grandes ejemplos materiales de nuestro patrimonio, pero quizá olvidamos más los inmateriales, como el silbo canario o la dieta mediterránea, que un interés social muy relevante. ¿Cómo hacer que el visitante aprecie también estos bienes?
Nuestro propósito es que desde la escuela se sensibilice al alumno de la importancia de este patrimonio que, a fin de cuentas, es un legado de nuestros antepasados y, al mismo tiempo, un reconocimiento de cientos de años de creación, no solo obras monumentales, también otras más próximas al tema humano. El abanico es lo suficientemente ambicioso. En este sentido, llamamos a escritores, artistas y actores a que en su creación proyecten y se inspiren en estos bienes culturales que tenemos. La misma Barcelona como ejemplo, con Gaudí, quien supo trasladar la naturaleza a sus obras de arte, y así muchos otros. También en estos momentos de crisis y de dificultades por encontrar cosas que nos puedan unir a todos los españoles, pensemos que no hay comunidad que no tenga algún bien reconocido por parte de la UNESCO. Esto también nos puede hacer vibrar a todos, nos puede unir en este conocimiento. Es la primera vez que se ha publicado un libro de singulares características en español e inglés sobre nuestro patrimonio, pero nuestro objetivo es que se continúen publicando muchos más, que se difundan, que en bibliotecas, centros culturales y universidades sea también básica esta proyección.
¿Qué encontramos en las páginas del libro?
Imágenes y datos, distribuidos por las diferentes comunidades para que el lector diga "voy a visitar Extremadura ¿Qué cosas hay en Extremadura, o en Galicia, o en el País Vasco?" Unos datos y una proyección asequible a todos, no solo a personas muy documentadas. Es sorprendente que se haya tenido que hacer este libro desde la sociedad civil, poniendo nosotros mismos una serie de medios de modo altruista con la satisfacción, eso sí, de estar trabajando por la sociedad española y propugnando todo lo que nos puede unir y permitir un mejor conocimiento de nuestra realidad diaria.
En 2018 se celebró el 40 aniversario de las primeras declaraciones de patrimonio por la UNESCO y parece que de un tiempo a esta parte hemos reconocido en esta institución un altavoz sobre lo que siempre ha estado ahí. ¿Es que antes no éramos conscientes del valor de nuestro patrimonio?
Las declaraciones por la UNESCO son fundamentales para la protección del patrimonio. Acabamos de vivir el drama de la catedral de Notre Dame en París e inmediatamente hicimos una nota en el sentido de que eso mismo podría pasarle a cualquier catedral en España, porque a veces no hay el cuidado y la atención suficiente, y una chispa puede saltar en cualquier momento. Tenemos que sensibilizar al ciudadano de a pie de que todos podemos influir y colaborar para mantener, y al mismo tiempo proteger y proyectar, este gran valor que nos legaron nuestros antepasados.
¿Cómo puede ayudar el ciudadano a la conservación del patrimonio?
Concretamente, formando parte de lo que ahora estamos poniendo en marcha estos amigos del patrimonio mundial de España. En nuestra web cualquier ciudadano pueda entrar, allí puede mandarnos sus propuestas y sugerencias. Las cinco primeras declaraciones españolas fueron la Catedral de Burgos, la Alhambra de Granada, el Generalife, la Mezquita de Córdoba, la Sagrada Familia y el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Esto supone una responsabilidad muy importante que todos debemos ejercer.
Le haré la pregunta más difícil de todas. ¿Cuál es la obra que mejor representa España?
Es muy difícil decirlo. Si me pregunta por la que más me gusta, diré que el patrimonio de Granada, o el tema de Gaudí, que es un reconocimiento a un arquitecto que empezó sin nada; o la dieta mediterránea, en un momento en el que estamos más sensibilizados que nunca en el tema de la salud. El aceite de oliva, por ejemplo, es una de nuestras señas de identidad. Son alimentos que están unidos a una vida sana y la prueba está en que somos el país más longevo del mundo, tras Japón. Lo lamentable es que estemos en un país en que muchas veces buscamos solo casi lo negativo, lo que nos divide. Por eso, desde siempre he intentado que se tribute un homenaje al idioma español. Un libro sobre nuestro idioma lo entregué personalmente al Papa Francisco, que es el primer papa en más de quinientos años hispanoparlante, así como al presidente de Guinea Ecuatorial, el único de habla española en África. Y lo mismo se ha hecho en Tokio. Los españoles tendríamos que estar satisfechos al respecto. En el tema del patrimonio nuestra comunicación es en español. Los ingleses no tienen en el mundo estos 584 millones de personas que tienen el español como lengua materna. Tendrán como segunda o tercera lengua materna el inglés, pero, tras los chinos, somos el segundo idioma más hablado del mundo y de esto tendríamos que estar satisfechos.