Entrevista a Manuel Herrador
Luis Miguel Belda García
Director de Comunicación del Grupo Educativo CEF.- UDIMA.
Pasó por CEF.- UDIMA
Manuel Herrador es formador en Oratoria Pública y Locución Audiovisual Radio-TV, además de Periodista, titulación que obtuvo formándose en la Universidad UDIMA. Actualmente, se encuentra Doctorando en Ciencias Sociales en la Universidad de La Laguna. Con él hablamos de periodismo, de radio, de comunicación, pero sobre todo de vocación y gusto por lo que uno hace.
“Ni la televisión, ni las RRSS, ni la comunicación digital han podido con la radio”
¿Cómo analizas la situación actual de este sector profesional?
La crisis económica que estamos padeciendo -fundamentalmente a consecuencia de la COVID-19- también afecta muy directamente al sector periodístico. Teniendo en cuenta que la viabilidad y rentabilidad de un medio de comunicación privado, radio, TV, prensa en papel o digital, está vinculada directamente con el nivel de facturación a través de los anunciantes y su correspondiente publicidad, es fácil concluir que si los autónomos, las empresas, la industria, el comercio, el ocio o la restauración de todo el país han sufrido un profundo golpe económico hasta el punto, en muchos casos, de tener que cerrar la actividad, esa ausencia o profunda merma de ingresos esté provocando el cierre de medios de comunicación y, en consecuencia, el negativo crecimiento -espero y deseo que de manera temporal- del desempleo periodístico.
Pero quiero dejar un sabor optimista en esta pregunta, confirmando la creciente demanda social de periodistas para desempeñar labores en entornos profesionales fuera del sector puramente mediático. Me refiero a puestos laborales en departamentos de comunicación interna y externa de miles de compañías de diferentes ámbitos, departamentos de marketing, agencias de publicidad, corrección de textos, creatividad comercial, relaciones institucionales con los medios, portavocías de compañías o administraciones públicas, entre otras. ¡Hay futuro!
¿La radio es netamente vocacional o todo se aprende, como cualquier oficio?
Es absolutamente compatible la vocación con la experiencia y el conocimiento, indistintamente. Se alcanza la vocación y el respeto profundo por la comunicación radiofónica como consecuencia de la práctica y el aprendizaje debidamente configurados, pero también, siendo guiados desde una profunda vocación profesional hacia el inicio de una adecuada experiencia que, con una formación constante, permita llegar a honrar el desempeño de cualquier actividad laboral relacionada con el periodismo, en general, y con la radio en particular. En mi caso, desde la adolescencia, ya me enamoraba de las voces publicitarias y radiofónicas de la época y, esa maravillosa atracción, aún hoy sigue marcando mi profunda vocación.
¿Crees que es preciso contar con una buena voz para trabajar en la radio o ya no tanto?
Una buena voz, válida para la comunicación audiovisual, tan solo requiere poseer parámetros sonoros absolutamente normales, entre otros la claridad verbal, el adecuado ritmo y velocidad al hablar, proyectar matices intuitivos y comprensibles, comunicar aportando credibilidad en el mensaje y, todo ello, por cierto, se aprende. No precisamos talentos especiales ni dones innatos. La correcta comunicación verbal está basada en la activación de técnicas concretas que se aprenden, se entrenan y evolucionan, desarrollándose progresivamente con la personalidad de cada emisor. Mejorar y avanzar es una decisión personal, una elección propia.
Una de tus ocupaciones actuales es la formación de otros colegas en locución audiovisual profesional. ¿Qué es lo más importante que deben aprender tus alumnos en este ámbito?
La locución audiovisual profesional y publicitaria exige una calidad máxima en pos de proyectar, con la voz, las excelencias y características propias de un servicio, un artículo o una campaña informativa institucional. El programa académico que le avanzo a quienes asisten a uno de estos cursos comienza con la siguiente afirmación: «En el ámbito de la locución audiovisual, comercial, publicitaria e institucional, nos pagan por hablar». Estas palabras pueden parecer materialistas, frías y exentas de alma, pero nada más lejos de la realidad. Es justo por la alta responsabilidad y el respeto que supone no desmerecer la creatividad y singularidades de una marca, producto, servicio o institución, por lo que debemos ser conscientes de la máxima calidad en nuestra ejecución verbal.
Añadir a nuestras palabras y mensajes matices sutiles, incluir sonidos con diseño, lanzar emociones entre líneas, proyectar sentimientos subliminales, darle luz a los colores y posicionamiento físico a los adverbios, son algunas de las técnicas con las que un profesional de esta modalidad de locución tiene que habituarse a desarrollar. O sea, activar un mundo paralelo, vivo, cargado de sensaciones, que complemente la simple comunicación verbal.
De igual modo, enseñas oratoria a empresarios y políticos ¿Se expresan mal nuestros políticos y empresarios?
Perdóname que no te responda con un simple sí o un no. Tengo que establecer tres grupos, a grandes rasgos, respecto a la calidad de la comunicación política y empresarial actual. La inmensa mayoría lo hace correctamente, se comprende su mensaje y transmiten credibilidad pero, por otro lado, a partes iguales, restan dos colectivos menos numerosos aunque bien identificados; quienes se esmeran en sus comparecencias y, por tanto, pertenecen al grupo de los excelentes comunicadores y, de forma opuesta, los que en sus intervenciones públicas o frente a medios de comunicación ni son creíbles, ni naturales, ni despiertan interés alguno en sus receptores, como consecuencia de su deficiente oratoria y, lo que es peor, por su predisposición a no aprender ni evolucionar en el ámbito de la comunicación.
Por si alguno de este último grupo lee estas afirmaciones y se queda preocupado, le recomiendo que, por el bien de su propia imagen y la del partido político, empresa o institución a la que representa, se ponga en manos de un formador en oratoria, porque esta disciplina se aprende, insisto, se construye sobre la técnica, el conocimiento, el entrenamiento y la experiencia. ¡Está en su mano!
¿Cómo fue tu experiencia de formación en el Grado en Periodismo en la UDIMA?
Absolutamente positiva, sin fisuras ni peros. Me hace muy feliz recordar que cuando decidí entrar a estudiar y formarme académicamente en el grupo CEF.- UDIMA, acerté de pleno. Fue un punto de inflexión en mi carrera profesional que me ha permitido dignificar el Periodismo y que, desde entonces, ha potenciado profundamente el respeto que siento hacia la actividad que realizo, como docente y como periodista. CEF.- UDIMA sobrepasó las expectativas que como estudiante poseía para sorprenderme con valores mucho más bellos y nobles; la amistad, el compañerismo, el apoyo incondicional en los momentos difíciles, la calidad humana del profesorado y la empatía y cercanía de su equipo directivo, han dejado, en el rincón más sensible de mi corazón, un bellísimo recuerdo y un agradecimiento imborrables. ¡Palabra de exalumno!
Actualmente, estás preparando tu tesis doctoral en la Universidad de La Laguna, en tu tierra canaria, ¿qué investigas?
En efecto. El título de la tesis es Análisis multidisciplinar de la publicidad radiofónica en la dictadura franquista (1939-1975). Lógicamente, la cantidad de epígrafes a desarrollar en la investigación es lo suficientemente grande como para poder detallarlos con exhaustividad en esta entrevista pero, a modo de resumen, puedo adelantar que serán recuperados y analizados conceptos y temas publicitarios de la época tales como el machismo, los estereotipos sexuales, la publicidad engañosa, la censura política, la legislación o las sanciones y, de manera complementaria, se adjuntará una base de datos con acceso a través de códigos QR en la que poder escuchar numerosas cuñas publicitarias de la dictadura -pertenecientes a archivos públicos y privados- más un compendio de declaraciones de periodistas y técnicos radiofónicos y televisivos que tuvieron que soportar en su quehacer laboral diario aquellos años de la posguerra y de adoctrinamiento y que, afortunadamente, aún se encuentran disfrutando junto a nosotros de sus respectivas jubilaciones.
Deseo nombrar aquí a mi tutora de tesis en la Universidad de La Laguna, Carmen María Rodríguez Wangüemert, y al codirector de la misma, exprofesor de mi paso por CEF.- UDIMA, tanto en la carrera de Periodismo como en el posterior máster de Comunicación Digital, Miguel Ángel Poveda Criado. Aparte de enriquecerme como alumno de ambos, tengo la fortuna de contar con ellos como dos buenos amigos y compañeros de profesión.
¿Algún consejo a los estudiantes de Periodismo que tengan vocación por ejercer en la radio?
Me encanta poder dirigirme a futuros periodistas para confirmarles que en su andadura profesional futura se van a encontrar con mil y una posibilidades de ser útiles a la sociedad a través del desarrollo de las diferentes vías de comunicación que les ofrece el Periodismo. Y, por otro lado, recordarles que no dejen nunca de lado la honradez profesional y la defensa de nuestra profesión porque, si no dignificamos aquello por lo que nos hemos preparado, para lo que hemos dedicado años de estudio, vocación y esfuerzo personal, nadie vendrá a hacerlo por nosotros.
La conocida afirmación del periodista colombiano García Márquez acerca de esta profesión: «El periodismo es el mejor oficio del mundo», pronto será compartida por todos y cada uno de los estudiantes de Periodismo amantes de comunicar a través de la palabra, la imagen inerte, la realidad en movimiento y la pasión por tener la bellísima responsabilidad de encontrarse equidistantes entre lo que es noticiable y los receptores de esa información.