La política monetaria
Juan Fernando Robles
Profesor de Banca y Finanzas del CEF.- y de la UDIMA
Robret Churchill. 123rf
La política monetaria es fundamental dentro del entorno de la política económica. De hecho, es uno de sus pilares junto con la política presupuestaria. La política monetaria se lleva a cabo por el banco central de cada moneda mientras que la política presupuestaria es siempre una política de estado dado que se lleva a la práctica por los gobiernos.
En las economías más desarrolladas y estructuradas se da una creciente independencia del banco central de las autoridades políticas para la salvaguarda más eficaz del valor de la moneda. Así, se impide que el gobierno pueda recurrir de forma directa a la creación de dinero para financiar el déficit público.
Normalmente, cada estado tiene su moneda y, por tanto, su banco central. Solo existen dos monedas supranacionales que son utilizadas por diferentes estados bajo un único banco central: el euro y el franco CFA (Comunidad Financiera Africana) que se utiliza en la práctica subdividido en dos áreas: África Occidental y África Central, cada una con su propio banco central aunque con un mismo valor. El franco CFA tiene una paridad fija con el euro y la República Francesa garantiza su convertibilidad en euros, no la Eurozona).
Hay ejemplos de países que utilizan la moneda emitida por otros sin que sus bancos puedan usar los instrumentos de política monetaria. Un ejemplo destacado en el área de influencia del dólar sería la República del Ecuador, cuya moneda dejó de ser el sucre y adoptó el dólar, emitiendo su propia moneda metálica en centavos de dólar, pero no billetes. También Panamá tiene como moneda de curso legal el dólar y emite monedas metálicas bajo el nombre de balboa y hasta un dólar de valor. Un caso similar a los anteriores es el de El Salvador, que dejó de emitir el colón.
En Europa, Andorra, San Marino, el Vaticano, Mónaco y Montenegro utilizan el euro, pero no pertenecen a la Eurozona, de tal forma que sus bancos no pueden recurrir al Banco Central Europeo para proveerse de liquidez ni tienen acceso al resto de los instrumentos de la política monetaria.
Una moneda supranacional, como es el euro, requiere una coordinación entre las políticas presupuestarias de los diferentes estados y la política monetaria, pues ambas influyen decisivamente en el desarrollo económico y en el valor mismo de la moneda y su credibilidad. Esta coordinación solo puede alcanzarse en base a tratados internacionales suscritos por los estados que forman parte de la moneda, siendo el llamado Pacto de Estabilidad y Crecimiento el instrumento del que se ha dotado la Unión Europea para permitir tanto el tránsito al euro de los estados miembros que deseen utilizarlo como para supervisar que los estados pertenecientes a la Eurozona cumplen con los objetivos de inflación, déficit y deuda marcados como objetivo. Es evidente que con la crisis financiera el Pacto de Estabilidad se ha aplicado con criterios mucho menos estrictos que los que se venían empleando hasta entonces, que en verdad nunca han estado exentos de una cierta flexibilidad en atención a las circunstancias particulares de cada país.
La política monetaria es un instrumento de política económica que debe coordinarse con el resto de medidas económicas y financieras
La utilización de una moneda supranacional como el euro es una relevante cesión de soberanía por parte de los estados miembros, proceso que se da en otros muchos ámbitos de la Unión Europea para la construcción de un marco social, económico y político cada vez más integrado. No disponer de una política monetaria propia genera obligaciones a los estados y disciplina a la economía en su conjunto, que debe desenvolverse dentro de unos parámetros bien definidos para evitar trasladar al valor y credibilidad de la moneda los riesgos individuales de cada estado. Cuando esta circunstancia no se produce, surgen situaciones conflictivas entre los estados miembros que exigen alcanzar acuerdos y consensos para superar las diferentes visiones o necesidades de cada uno de ellos. Así, el mantenimiento de una política monetaria común supone un proceso de transacción y de negociación permanente para alcanzar los fines que persigue el Pacto de Estabilidad, cuyo automatismo y rigor no deja de estar sometido a la necesaria ponderación de las autoridades que lo han de aplicar y exigir.
Principios de la política monetaria
Desde que definitivamente se abandonó el patrón oro por el dólar en los años setenta, todas las monedas basan su valor en la credibilidad que son capaces de transmitir al mercado y en la confianza en su valor futuro. Las monedas son depósitos de valor y unidades de cuenta y por ello tienen un papel fundamental en la economía. La pérdida de valor de una moneda se pone de manifiesto por la subida general de precios en la economía, es decir, por la inflación.
Así, el principal objetivo de la política monetaria es la estabilidad de precios y así lo es para el Banco Central Europeo (BCE), que es la institución encargada de dirigir la política monetaria del euro. Como objetivos secundarios, aunque también muy relevantes, se perseguirá el pleno empleo y el crecimiento económico. La política monetaria también influye en el tipo de cambio, que será el valor de la moneda frente a otras monedas.
El BCE tiene el monopolio de la emisión de billetes de banco y reservas bancarias. En decir, es el único creador de la base monetaria, que es dinero del banco central y, por tanto, figura en el pasivo de su balance. El banco central es la única institución financiera que puede crear discrecionalmente su propio pasivo mediante la creación de dinero. Esto no significa que pueda crear dinero de forma arbitraria, pues la base monetaria influye en el resto de indicadores macroeconómicos y alteraciones injustificadas pueden desequilibrarlos con perniciosas consecuencias.
La base monetaria, es decir, el dinero del banco central, influye en todo el dinero disponible en el sistema, que es la oferta monetaria, que se compone del dinero en circulación más los depósitos líquidos en bancos y otros activos líquidos o cuasilíquidos.
Conclusión
La política monetaria es un instrumento de política económica que debe coordinarse con el resto de medidas económicas y financieras y, en particular, con la política presupuestaria para no producir efectos contradictorios en la economía. Una moneda supranacional como el euro supone un reto de coordinación entre los diferentes estados y al tiempo un ejemplo de independencia sobre cualquier poder político nacional. Los diferentes instrumentos de política monetaria están al servicio de cada coyuntura, ya sean convencionales o no convencionales, y el BCE ha desarrollado nuevos mecanismos para responder a las necesidades de una economía en constante evolución. El fin principal de la política monetaria es mantener la estabilidad del valor de la moneda, en coordinación con el resto de fines de la política económica a los que igualmente, aunque subsidiariamente, debe servir, como el crecimiento y el empleo.