Yo, José
Enviado por luis.llerena en Jue, 07/04/2022 - 14:04Javier de la Nava. Me llamo José María Sacristán Turiégano, nací en Chinchón (Madrid) el 27 de septiembre de 1937. Mi pueblo era pura Edad Media entonces, aunque siempre había una patata que llevarte a la boca. Con más de ocho decenios a mis espaldas, me esfuerzo por mantener al crío que hasta los seis años no conoció a su padre cuando fui a visitarle con “la Nati”, mi madre, a un campo de concentración en Toledo. Aquel señor con barba no dejaba de besarme. Más que emoción sentí extrañeza. “El Venancio” era un campesino idealista y luchador, vencido y humillado en la guerra recién terminada, pero nunca en lo moral, siempre estuvo en su sitio. Desterrado de su pueblo, al salir de la cárcel nos trasladamos a Madrid mis padres, mi hermana y yo. En el piso de Diego de León convivíamos tres familias. En nuestra habitación dormíamos cinco personas, pues mi abuela estaba con nosotros. Mi padre siempre fue mi referencia moral. No he dejado de admirarle, quería que aprendiera un oficio y me matriculó en la Institución Sindical de Formación Profesional Virgen de la Paloma. Cultura general y forja, pero yo soñaba con ser “Tirone pover y salir en alguna colección de cromos sobre artistas. Hasta los años setenta no lo conseguí. Qué inmensa alegría me dio “ser un cromo”.