Liderar líderes = valor añadido
Joan Mª. Sabaté Rovira
Gerente en Celler de Capçanes
Barunpatro. Rgbstock
El entorno en el que vivimos es muy competitivo; en esta crisis que estamos atravesando están quedando las mejores empresas, mientras que las empresas que no han tenido un fuerte liderazgo, un buen proyecto, un buen producto y sobre todo una buena estrategia, han ido desapareciendo. No nos engañemos, esas empresas han sobrevivido porque hay en ellas un gran activo, las personas.
Las organizaciones que están superando esta crisis se caracterizan, entre otras cosas, por su fuerte poder de liderazgo, no solo de su líder principal sino que en cada parte de la organización hay un líder y ese es el motivo de la supervivencia y del éxito.
La tarea, a veces no fácil, es liderar líderes y para ello hay que tener una serie de cualidades, actitudes y aptitudes, tanto por parte del líder principal como de los líderes subordinados; comentare las cualidades de cada uno.
El líder general:
- Entender perfectamente sus funciones y tener la misión y la visión de la empresa bien definida.
- Cualificación y formación acordes al puesto.
- Deberá poseerá un alto grado de inteligencia emocional, tener empatía y entender la posición del líder subordinado.
- Ser comunicativo y estratégico.
- Dar autonomía a los líderes subordinados pero siempre bajo una estrategia marcada por él mismo y aceptada por el resto de líderes.
- Nunca deberá creer que tiene la razón absoluta.
- Escuchar las propuestas en cuanto a cambio de la estrategia.
Los líderes subordinados:
- Deberán ser profesionales altamente cualificados, que entiendan perfectamente su trabajo.
- Entender la posición del líder general y respetarla.
- Respetar las decisiones del líder general, entenderlas, respetarlas y aplicarlas.
- En caso de estar en desacuerdo con la estrategia de su área de actuación deben comentarlo con el líder general.
- Alto grado de inteligencia emocional para poder respetar a su equipo, motivarlo e implicarlo en los objetivos.
Las organizaciones que están superando esta crisis se caracterizan, entre otras cosas, por su fuerte poder de liderazgo
A veces puede pasar que los lideres subordinados pierdan un poco la orientación de cuál es su misión en el seno de la organización y tengan la tentación de seguir el camino hacia otra senda, como líderes que son; tampoco es un problema grave, el líder general deberá reorientarles hacia su posición inicial y una vez realizada esta labor es importante que no haya rencores por parte del líder general.
También puede ser difícil a veces encontrar colaboradores que entiendan perfectamente cómo estar integrados en un sistema como el que estoy comentando ya que es una mezcla de ductilidad y liderazgo que en ocasiones es difícil de compaginar.
Un organigrama diseñado de forma tradicional y por áreas funcionales podrá funcionar perfectamente siempre y cuando su cultura esté orientada a un modelo basado en el liderazgo. Si una organización ha conseguido funcionar de esta manera habrá encontrado el camino hacia el éxito, generando valor añadido.
En cuanto a las ventajas de este estilo de dirección tenemos:
- Fuente de innovación: tanto el líder general como el subordinado se desarrollan y se sienten participes del negocio, lo cual lleva a presentar propuestas que en muchos casos son innovadoras.
- Alto nivel de motivación: el poder realizarse y sentirse líder en el desempeño de las funciones conlleva un alto nivel de motivación.
- Alto nivel de implicación: la motivación es sinónimo de implicación, los líderes se verán implicados en el desarrollo del negocio.
En cuanto a inconvenientes, ninguno, si se cumplen las cualidades de cada uno de los actores.
Otros artículos del autor: