Un nuevo aliado para la recuperación: el petróleo

Ángel Díaz Redondo
Economista
Máster en Dirección y Gestión de Recursos Humanos por el CEF.-
Miembro de la ACEF.- UDIMA

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Foto de Stock.xchng

Lo único que no cambia es el cambio. Lo normal es que ocurran cambios y cada vez en mayor medida”.

Como ya todos sabemos la situación económica de nuestro país ha pasado por episodios complicados en los últimos años. Quiebras, desahucios, paro, endeudamiento, déficit… son conceptos desgraciadamente muy repetidos en la historia reciente. No obstante, es de justicia también  reconocer que lo peor de esa época ya ha pasado y que los datos macroeconómicos actuales marcan una ruta mucho más esperanzadora que la que describíamos anteriormente. Baste recordar que España, junto con Alemania, abanderará el crecimiento económico de la Eurozona previsto para 2015.Y dentro de este contexto ha aparecido durante el año 2014 un nuevo aliado, que esperemos se quede con nosotros durante mucho tiempo: el petróleo.

El petróleo es una materia prima (de la que se obtienen a posteriori los carburantes) y en consecuencia su disponibilidad no es ilimitada en el tiempo. Ello supone que la lógica económica natural del precio del petróleo sea a subir.

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No obstante, como se puede observar en el gráfico su precio experimenta frecuentes variaciones, debido entre otros a los siguientes motivos:

-Conflictos geopolíticos

-Oferta y demanda prevista

-Acuerdos entre productores y exportadores

-Nivel de existencias de crudo

-Costes de transporte y logística

-Estacionalidad del consumo

-Evolución de las divisas

A título ilustrativo el gráfico refleja tres acontecimientos muy relevantes en la historia reciente con impacto directo en la cotización del precio del petróleo:

1.-Crisis económico-financiera mundial del 2008.

2.- Crisis del euro (desplome de casi un 30% en tres meses).

3.- Desaceleración económica, aumento de producción y mejora de costes.

Nos detendremos y prestaremos mayor atención a este último acontecimiento, ya que no solamente es el más reciente, sino que nos afectará a todos a lo largo del año.

España es un país dependiente energéticamente. ¿Qué significa esto? Pues básicamente que necesitamos comprar del exterior la materia prima suficiente para abastecer energéticamente nuestro país. Por ello, un descenso como el ocurrido en 2014 del precio del petróleo conlleva menores costes energéticos. Se estima que con los niveles de cotización actual del petróleo, nuestro país se podría ahorrar unos 10.000 millones de euros al año, lo que no solamente implica un menor déficit público del Estado, sino que permite a este a su vez políticas en las que se emplee un mayor volumen de recursos públicos para las familias y empresas. Este efecto es, en todo caso, adicional al que las propias familias y empresas van a experimentar de forma directa, ya que un menor precio del petróleo supone una mayor renta disponible en las familias, un menor coste de producción en las empresas y por ende una mejora en la productividad de los factores. Todo ello facilita la inversión y la creación de empleo. Se estima que el efecto global sobre nuestra economía en términos de Producto Interior Bruto estará ente 0,4 y 0,5 puntos porcentuales de crecimiento adicional del PIB.

Nuestra excesiva dependencia energética sigue siendo un lastre que habría que tratar de reducir

¿Por qué se produce la caída de precios del petróleo en 2014? Evidentemente existen varios factores pero es claro que el más importante de todos ellos es el incremento de la producción, que explicaría entre 2/3 y 3/4 partes de la caída de precios. Como ejemplo evidente de ello tenemos el incremento de la producción de petróleo no convencional o shale oil que se realiza en EEUU. Este país ya casi no importa petróleo del exterior lo que ha provocado que sus antiguos exportadores hayan tenido que redirigir sus ventas a Europa y Asia fundamentalmente. Pero dado que las perspectivas económicas de estas dos regiones no se prevén tan boyantes como inicialmente se esperaba, la previsión final de demanda de petróleo sería menor. Y dentro de este contexto Arabia Saudi (y por ende la OPEP) como uno de los mayores productores, no comparte la visión acerca de la necesidad de recortar la producción y continúa produciendo elevando el nivel de oferta. Por último, los nuevos sistemas de perforación y extracción del gas y del petróleo, en particular el fracking o fracturación hidráulica, están generando ahorros de costes importantes para los productores que pueden ser trasladados al precio final.

No obstante, como suele ocurrir, nunca llueve a gusto de todos y lo que es bueno para unos, finalmente resulta que es malo para otros. Así, países como Rusia, Nigeria o Venezuela, cuyos presupuestos nacionales son muy dependientes de los ingresos provenientes de las exportaciones del petróleo, han visto gravemente deteriorado sus arcas públicas. En el caso concreto de Venezuela, por ser el más afectado, de seguir la cotización del petróleo a los precios actuales, más pronto que tarde se empezará a especular sobre posibles impagos de su deuda.

En conclusión, durante 2015 nos beneficiaremos de precios del petróleo más reducidos que impulsará nuestro crecimiento económico. No obstante, nuestra excesiva dependencia energética sigue siendo un lastre que habría que tratar de reducir, mediante por ejemplo el estudio y en su caso la incorporación de los nuevos avances técnicos de perforación y extracción de los recursos naturales.

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