Pacto de estado en medicina personalizada y regenerativa. Una ilusión cuántica
Enviado por luis.llerena en Lun, 15/07/2019 - 10:46Javier Cabo Salvador. Hay una gran diferencia entre la filosofía occidental y la oriental, entre la filosofía de Confucio y la de Sócrates y, aunque soy bastante afín a la cultura oriental, a veces discrepo de la filosofía de los tres monos (en japonés san saru), también conocida como los tres monos sabios o místicos, filosofía muy popularizada a través de los tres monos representados en la escultura de madera de Hidari Jingorö, ubicada en los establos sagrados del santuario de Toshogu en Mikko, un pueblo de montaña al norte de Tokio.
Los nombres japoneses de los tres monos -Mizaru, Kikazaru, Iwazaru- significan «no ver, no oír, no decir», y tradicionalmente se ha entendido como «no ver el mal, no escuchar el mal y no decir el mal»; el dicho tuvo su origen en la traducción del código moral chino del santai, la filosofía que promulgaba el uso de los tres sentidos en la observación cercana del mundo observable. El significado del tema de los tres monos es complejo y diverso; así como para la élite intelectual se encontraban relacionados con el mencionado código filosófico y moral santai, entre el pueblo el sentido era «rendirse» al sistema, un código de conducta que recomendaba la prudencia de no ver ni oír la injusticia, ni expresar la propia insatisfacción, sentido que perdura en la actualidad.