La mediación, otra forma de justicia
Enviado por luis.llerena en Lun, 15/06/2020 - 08:46Álvaro Rueda Tortuero. El profesor Wheeler, en Berta Isla, uno de los últimos trabajos del escritor Javier Marías, regalaba una inquietante recomendación a su atribulado discípulo, Tom Nevinson, con la siguiente disquisición: “…Un juicio nunca se sabe cómo puede terminar, por mucho que uno sea inocente y crea tenerlo todo a su favor. La verdad no cuenta, porque se trata de que decida sobre ella, de que la establezca alguien que nunca sabe cuál es: me refiero a un juez. No es cuestión de ponerse en manos de quien solo puede dar palos de ciego, de quien va a jugársela a cara o cruz y tan solo puede adivinar o intuir. En realidad, si bien se mira, es absurdo que se juzgue a nadie. El prestigio y la longevidad de esa costumbre, y que está extendida por el mundo entero con mayores o menores garantías, incluso con nulas garantías de imparcialidad…; que exista, en fin hasta como farsa…”, "Que nadie se percate de la imposibilidad de esa tarea inmemorial y universal, de su sinsentido, es algo que siempre escapará a mi comprensión. Yo no reconocería autoridad a ningún tribunal. Si pudiera evitarlo, no me sometería a un juicio jamás. Cualquier cosa antes que eso. A uno lo pueden enviar a la cárcel por capricho. Simplemente por caer mal”.