El consorcio administrativo
Enviado por luis.llerena en Mar, 19/11/2019 - 12:21Rubén Bejarano Ferreras. Entramos en la recta final del 2019. Un año que pasará a la historia de nuestra democracia por tener un ciclo electoral de gran intensidad, con una reciente renovación en solo unos meses, de todos los Ayuntamientos, la mayoría de las Comunidades Autónomas, nuestros representantes en el Parlamento Europeo y hasta dos veces el Congreso de los Diputados. Una situación esta última que ya ha dejado de ser inédita y que viene para quedarse, dada la fragmentación política existente en nuestra sociedad.
Una renovación de instituciones que de momento no se está traduciendo en impulso de iniciativas y programas económicos y sociales, así como la gestión de nuestros derechos más básicos que nuestra sociedad necesita con urgencia. O lo que es lo mismo: parece que estamos asistiendo en la mayoría de Gobiernos regionales y locales más a alternancias en el poder que a alternativas políticas. Una situación que se puede agravar si son ciertas las señales de alarma que predicen algunos analistas sobre una nueva recesión global, y su trascendencia en nuestro país, cuando no hemos salido aún de la anterior crisis económica, devastadora no solo para muchas personas sino también para empresas y con administraciones públicas con menos recursos para gestionar nuestros derechos sociales.